domingo, 27 de septiembre de 2009

Publicidad

En mi corta vida para los de edad avanzada, o larga vida para los más pequeños, he visto y escuchado muchos comerciales, algunos muy interesantes, otros muy chistosos, otros definitivamente aburridos, como también otros demasiado estúpidos y sin ningún sentido. No obstante, la peor publicidad es sin lugar a dudas, la publicidad que no es capaz de lograr efecto alguno, ya que su formato es tan típico, tan estandarizado que ya no sorprende a nadie. Entre ellas, me permito destacar y referirme a la publicidad de todos los detergentes, los cuales siempre afirman lavar mejor la ropa, dejarla suave, brillante; todo, siempre haciendo uso de la típica ama de casa con su típico hijo en una casa de familia ABC1 o el esposo dedicado a ensuciar la ropa. Si bien puedo rescatar el último eslogan de OMO (también conocido como Persil o Ala) como "ensuciarse hace bien" [claro, porque si la ropa no se ensuciara, el negocio de los detergentes no existiría], en general su publicidad siempre atiende a las necesidades del mismo mercado, las cuales se hacen repitentes hasta el punto de no llamar en nada la atención una vez se reproducen en la televisión. Aunque logran su cometido vendiendo su producto, en general la publicidad para detergentes siempre alude a los mismos aspectos, por lo que carece de innovación y resulta fácilmente evidente para cualquier televidente que muchas de ellas provienen de otros países, pero doblada. Cualquier persona que olvidable para cualquier televidente que simplemente cambia de canal una vez comenzado el comercial o que se queda contemplandolo como un automata esperando que termine rápido.
Por otro lado, tenemos la publicidad propia de tiendas

No obstante, existe la publicidad de antología como son los siguientes:
EL de manjar Colún, ya que todos se pasaban preguntando qué decía el más chico al final:


El típico de Tapsin periodo con una frase que quedó para la historia de muchos en esta generación (en Chile por supuesto):


Otra gran publicidad y por la que hasta el día me molestan cuando me enojo. Es la de Armonyl, ideal cuando falla el maldito computador.

Otro comercial imperdible era éste. Sé que muchos lo pueden considerar clasista, pero cuando lo ví, me cagué de la risa, a tal punto que si alguien eruptaba, esa frase siempre salía

También, es necesario destacar algunos comerciales de radio, entre ellos: me gustan algunos comerciales de Cerveza Escudo (pese a que rechazo el alcohol y aborrezco toda publicidad relacionada a ellas, especialmente a Cristal y a su eslogan). Uno de ellos es el del "Me escurrí de la mente". Sé que éste también es polémico, porque se burla de los flaites, pero bueno, su combinación me da risa. No me enorgullezco de ello, pero no puedo evitarlo, pese a las críticas de algunos bloggers.



No obstante, tampoco toda la publicidad es buena. Existe publicidad totalmente aborrecible y desechable. Entre ellas, están Cristal y su eslogan mediocre que trata de imponer una identidad mediocre y alcohólica a Chile, haciéndonos pensar que está bien que seamos así, cuando no todos nos sentimos identificados con esa clase de publicidad o estilo de "pasarla bien".
Publicidad perfectamente olvidable también se demuestra con el nuevo comercial de soprole. PK2 (qué comercial más fome y malo!!)


Bueno, el post para variar ya me quedó demasiado largo, así que lo dejaré hasta aquí. Seguiré tratando la publicidad en futuros posts.